A las 5:15 tocaba diana a la mayoría del grupo ya que a las 6:00 h era la salida y había que ser puntuales porque el autobús no esperaba. Puntuales como un reloj vilamarxanter salíamos con la música con la que nos amenizaba nuestro senderista Renato. Según nos acercábamos a nuestro destino la temperatura descendía llegando a ese punto donde se dice que ni frio ni calor pero pronto lo sobre pasó y llegábamos al monasterio con -2ºC.
Una vez aquí nos preparamos para comenzar la ruta, provistos de guantes, gorros, bragas para el cuello y buenos abrigos partimos desde Monasterio de Sant Joan
dirigiéndonos hacia la pista que queda justo a nuestro lado, y la seguimos en sentido descendente, desembocamos a la que viene de Lucena (por el Pla de la Banyadera.) Una vez aquí, remontamos la pista algo más de 400m de distancia, en cuyo lugar la pista gira bruscamente hacia la izquierda, cruzando el Barranc de la Pegunta, seguimos rectos por un sendero que nace en el margen izquierdo del lecho del barranco. El sendero por el que estamos remontando el barranco está muy marcado, debido, principalmente a que es un itinerario botánico, además de encontrarnos dentro de un área de microrreserva de flora. Después de caminar 760m pasamos junto a la Font Nova, fuente de surgencia intermitente (según la demanda de agua que tengan los campamentos que están instalados en los alrededores de Sant Joan.)
Seguimos ascendiendo rodeados de un bosque desarrollado de pino negro y silvestre salpicado con otras especies como enebros, sabinas, arces, tejos, cuando algo más de 100m más caminados llegamos al húmedo paraje de la Font de la Pegunta.
Emprendemos el último tramo de sendero que asciende, ahora, de forma más brusca que el tramo anterior. Aquí nuestro compañero Monzó se nota un dolor punzante en el gemelo debido a un mal paso,
intenta continuar pero no puede por lo que nos tiene que dejar y volverse al monasterio junto a nuestra “Tortuga Reumática” Franc. Tras recorrer 700m nos encontramos con una antigua pista ya fuera de uso, giramos a la izquierda caminando ahora por la citada pista, la cual llanea en casi la totalidad de su recorrido, siguiendo así, la curva de nivel y conduciéndonos hacia el Pla de la Banyadera después de 400m de frondosa sombra de pino. Llegamos así al citado Pla, en el que confluyen (empezando por nuestra izquierda) la pista que sube desde Sant Joan, la pista que viene desde Xodos (pasando por el Pla de la Creu), la pista por la que accederíamos a Lucena y por último, la pista que nos conducirá al Pla del Corralico (base del itinerario de ascensión a la cumbre del Penyagolosa.)
Nos dirigimos pues hacia el Pla del Corralico, al cual llegamos tras haber caminado unos 400m. Antigua era, que en la actualidad, se usa como aparcamiento de vehículos de aquellos que desean atacar la cima sin pasar por la Font de la Pegunta y que nosotros utilizamos como zona de almuerzo.
Emprendemos el camino de ascensión desde este Pla y tras recorrer 520m de serpenteante sendero, llegamos a un refugio no vigilado y, por tanto, bastante deteriorado.
Desde aquí iniciamos el descenso por una pista casi perdida, debida a que la vegetación la ha enterrado (que nace en la margen izquierda del barranco, según el sentido de bajada). Al poco rato, cuando veamos que el cauce de la rambla es de roca suelta, preferiremos descender hasta él y continuar el descenso por el eje de la misma. Entramos en una zona en la que han repoblado Tejos, pero 1200m más abajo desaparece cualquier rastro de los mismos.
Continuamos descendiendo por el eje del Barranc de la Teixera y 400m más abajo cogemos una pequeña pista que sale del mismo barranco. A escasos 120m más adelante vuelve a morir en el eje del barranco, pero 78m más abajo otra vez continuamos por la pista. Habremos caminado 300m de esta intermitente pista, cuando llegamos a un cruce, seguimos por el de la izquierda, ya que la de la derecha cruza la rambla. Desde aquí recorremos ya los últimos 200m hasta llegar a Sant Joan de Penyagolosa.
Aquí nos dividimos y unos nos vamos a la zona de mesas que existe detras del monasterio a comer y otros comen dentro del bar que existe aquí.
Tras nestas suculentas comidas nos dirigimos al autobus para regresar al Villamarchante, esta vez con el PINCHA más calmado y romántico ya poniendo música más calmada y tierna, no sabemos si por el estado de ánimo o porque deseaba dormir.
Y hasta aquí dio de si la ruta a Peñagolosa con la unica pena de la mala PATA de nuestro senderista Miguel Monzó que no pudo disfrutar de las maravillosas vistas desde el pico pero pudimos comprobar el compañerismo, solidaridad... del grupo y sobre todo por nuestro compañero y amigo Franc
La Organizaión